El Bonsái es el arte japonés de cultivar un árbol en una maceta.
Así, la palabra Bonsái lo describe perfectamente pues es la unión de estas dos, 'bon'=bandeja y 'sai'=cultivar.
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El Bonsái es el arte japonés de cultivar un árbol en una maceta.
Así, la palabra Bonsái lo describe perfectamente pues es la unión de estas dos, 'bon'=bandeja y 'sai'=cultivar.
Los Bonsáis tienen su origen en la China antigua, donde el 'Penjing' era parte del culto de los monjes taoistas para cultivar árboles en sus templos. Eran símbolos de eternidad y recreaban en miniatura árboles y pequeños bosques.
Posteriormente derivó en el 'pun-tsai', donde la élite de su sociedad utilizaba técnicas especiales para cultivar árboles enanos en vasijas, que se ofrecían como valiosos regalos.
Hace unos 800 años, durante el periodo Kamakura, Japón adoptó en su cultura Zen este modo del cultivar la naturaleza desde la belleza más austera, el Bonsái, y desarrolló y perfeccionó las técnicas y herramienta chinas para tal propósito.
Allá por el siglo XIX, el Bonsái empezó a ser conocido fuera de Japón como algo exótico. Pero cuando realmente se empezó a dar a conocer por el mundo fue con las sucesivas Exposiciones Universales de Filadelfia, París, Chicago y San Francisco.
Posteriormente empezó a cobrar más auge a raiz del fin de la segunda guerra mundial y comenzó a ser muy popular en los 70 y especialmente en los 80 con el auge de la cultura japonesa en occidente.
Existen miles de libros y publicaciones que hablan sobre el cultivo de los Bonsáis, el primero escrito en lengua europea, en francés, data de 1902.
En 1957, Yuji Yoshimura publicó en inglés lo que se conocería como la 'Biblia del Bonsái en el oeste' y que sentó las bases de la inclusión del Bonsái en la cultura occidental.
El Bonsái no es una planta modificada genéticamente para ser la versión enana de la original, sino que consigue su tamaño y forma mediante técnicas de podado de ramas, hojas y raices junto a la modificación de su estructura mediante alambrado.
Los Bónsais siguen ciertos diseños y se clasifican por su estilo y tamaño.
Algunos estilos son muy habituales como el 'Chokkan' que es vertical, el 'Neagari' de raices expuestas, o el 'Shakan' de tronco inclinado. Los tamaños más frecuentes son el 'Shokin' de menos de 25cm, el 'Komono' de entre 15 y 30cm, y los grandes 'Omono' de entre 60 y 120cm.
Es muy habitual verlos cultivarse en bandejas pequeñas con un pequeño plato debajo o decorados con una piedra, el 'Suiseki'.
Al ser verdaderos árboles, requieren el entorno habitual de un árbol para crecer adecuadamente, es decir, son plantas de exterior y su 'clima' adecuado dependerá de la especie.
Por lo general y para su cultivo en el interior de nuestras casas, se deben situar en entornos de mucha luz, cercanos a ventanas y alejados de las fuentes de calor como radiadores y calefactores de aire.
Se deben regar tan pronto la superficie de la tierra se seque para lograr que la tierra esté húmeda y no encharcada, por lo que esta necesita buen drenaje. No es aconsejable pulverizar sus hojas.
Es muy recomendable conocer bien la especie de árbol a la que pertenece el Bonsái para adaptar estos cuidados y así lograr que vivan y crezcan por muchísimos años.
Un Bonsái en casa te proporcionará la paz Zen que inspiró a sus creadores y será un gran hobbie el cuidado del mismo.
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